Liga Santander: Celta 2 - FC Barcelona 0

El Celta baila a un Barça desconocido

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Francisco Rabadán
  • Francisco Rabadán
  • Redactor jefe de deportes. He tenido la oportunidad de cubrir dos Juegos Olímpicos, varios Mundiales de distintas disciplinas y algún que otro All-Star de la NBA con los Gasol. De Córdoba y sin acento.

El Celta de Vigo cosechó un importante triunfo en su lucha por la salvación frente a un Barcelona que careció de personalidad en su visita a Balaídos. Valverde alineó un once plagado de suplentes que dieron la razón a su técnico por la falta de minutos y Maxi Gómez se aprovechó de ello con un gran gol en la segunda mitad. Iago Aspas, de penalti, puso la puntilla a cinco minutos del final.

Los locales pasaron por encima de unos culés a los que se les hizo muy largo el partido. Cierto es que un par de lesiones podrían dar la excusa, pero el Celta mostró mucha más hambre y deseo que unos suplentes con los que Valverde no puede ir a una guerra.

El Barça, como era de esperar, no alineó a ninguno de los jugadores titulares que jugaron el pasado miércoles ante el Liverpool. Valverde hizo una mezcla de sus mejores perlas –Dembélé, Aleñá, Arthur, Puig– con veteranos pasados de rosca –Umtiti, Boateng y Vermaelen– intentando plantar cara a un Celta que se jugaba la vida.

A los gallegos les valía con un triunfo para asegurar el 75% su permanencia a dos jornadas del final, pero tampoco hacían ascos a un hipotético empate con unos culés muy mermados. El equipo de Fran Esbribá cedió el control en los minutos iniciales a los culés sabiendo que con espacio Malcom y Dembélé les podrían hacer daño.

Ese plan, sin embargo, se fue al traste con la prematura lesión muscular del francés. El Celta, viendo que el Barça ya no les podia pillar a la contra, se envalentonó y presionó a los culés hasta ver incluso a Arthur perder balones impropios de él. Los locales atacaron sin profundidad ante un Barça que tampoco terminaba de hilvanar grandes ocasiones. La mejor noticia para los celestes era la multitud de córners que no terminaron de concretar.

Al borde del descanso, Wagué y Araujo rozaron el gol en un choque en el que ninguno de los dos parecía querer hacerse daño. El Celta sumaba un punto balsámico y el Barça preservaba una buena imagen con el empate. El descanso con el marcador inicial fue una buena noticia para ambos.

El Celta pasa por encima

Los gallegos, viendo la vulnerabilidad del Barça, apretaron el acelerador a la salida del vestuario. Un gol anulado a Araujo por centímetros tras una exhaustiva revisión del VAR arengó si cabe un poco más a un Celta que le quitó el balón y las ideas a un Barça muy inferior físicamente.

El Barça, para colmo de males, se quedó sin cambios en el minuto 64 tras la lesión de Tobido. El Celta seguía amenazando la portería de Cillesen gracias al talento de Aspas y Boudebouz. El segundo vio un gran desmarque de Maxi Gómez –ese nueve puro en peligro de extinción– para servirle un balón que remató en plancha y que entró por el palo corto. Gol de delantero centro, como marcan los cánones.

Los visitantes, lejos de reaccionar, se quedaron noqueados con el mazazo, al tiempo que el Celta dudaba si ir a hacer más mella en la herida. Los locales, finalmente, encontraron recompensa a todo su despliegue devolviéndole el VAR el primer gol arrebatado. Wagué hizo mano en una jugada y el colegiado lo revisó dando aire a un Celta que sentenció desde los once metros por medio de Iago Aspas en el minuto 85.

El Barça salió arrasado de Vigo. No hay plan B, pero a estas alturas de la película tampoco es una novedad. Los culés ya saben a qué jugadores deberán vender de cara al futuro para rearmarse con la profundidad de su equipo. Puig y Aleñá fueron de lo poco que se salvó en Balaídos.

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